lunes, 6 de diciembre de 2010

Off topic: Leishmaniasis, amenaza u oportunidad? (III)

Hace unas semanas atrás, cuando encaramos la tarea de buscar algo más de información sobre la enfermedad desde nuestra responsabilidad de tener un perro, no pensamos encontrar una realidad tan compleja, y a menudo triste, por cuanto involucra a nuestra familia canina (propia o ajena), con riesgo serio de vida para muchos de ellos (lo cual se puede comprobar en localidades en la cual ya está instalada la enfermedad), además de comprometer la salud del ser humano.

Toda la información compartida aquí  y aquí, no agota la problemática, pero nos permitieron tener claridad en algunos puntos, incluidos aquellos sobre los que la información disponible no es suficiente.  También en las fuentes consultadas tratamos de ser lo suficientemente amplios de criterio, para que puedan sacar sus propias conclusiones,  a continuación algunas de las nuestras, que esperamos sean enriquecidas por las suyas propias y sus experiencias:

 Sumidos siempre en luchas del poder económico o político de turno, somos un país con escasa tradición en prevención, por cuanto esta requiere a menudo, poner sobre la mesa cartas que no conviene mostrar a dichos poderes. En este sentido el IV Encuentro del Programa Nacional de Leishmaniasis (PNL) celebrado el 24 y 25 de noviembre de 2009 en Posadas-Misiones, lo dice sin vueltas entre sus conclusiones:

 "Este escenario de transmisión representa un alto costo social para la población más vulnerable. Sin embargo, a pesar del esfuerzo de los equipos de salud a nivel nacional y en muchas de las jurisdicciones, la vigilancia, control y flujo adecuado de información se han visto obstaculizadas por una lectura de la realidad socio sanitaria que prioriza la política, los intereses privados, o los proyectos personales" (pág. 4).

Hasta el momento la medida más clara de prevención tanto en humanos como perros, pasa por evitar la picadura del mosquito (si es que este se ha detectado en la zona, ya que es el único que produce el contagio), para esto se recomienda genéricamente:
-          No exponerse ni exponer a los perros, en los horarios de actividad del vector, (desde el atardecer al amanecer) usar vestimenta que cubra la mayor parte del cuerpo, utilizar tela mosquitera de la más pequeña, para aberturas y caniles.
-          Utilizar repelentes (en el caso de los perros consultar con el veterinario el medio más efectivo)
-          Medidas de saneamiento ambiental (fumigaciones periódicas con productos adecuados, limpieza de patios y basurales, etc.)

En realidad estas medidas, deben integrarse a un conjunto de acciones desde varios ámbitos, las cuales se enumeran detalladamente en el mismo documento que citáramos anteriormente (IV Encuentro del Programa Nacional de Leishmaniasis ,  pág. 12)  les recomendamos leerlas para interiorizarse correctamente y ponerlas en práctica.

Con respecto a las medidas de control,  los dos puntos que más nos preocupan y angustian,  a quienes amamos los perros son: la eutanasia (para perros infectados, con o sin dueño) y el control de la población canina en las calles.

 De la eutanasia canina (en perros infectados) como medida de CONTROL de la enfermedad, encontramos el trabajo de un veterinario misionero que está a favor de la eutanasia (pueden consultar su trabajo aquí), pero en contraposición, hemos de marcar, que encontramos poco o nada de información al respecto de los siguientes puntos relacionados (no decimos que no exista, pero no pudimos dar con ella):
-          si existen estudios serios que demuestren que el reducir (o exterminar) la población de canes infectados, se haya traducido en la disminución de la cantidad de casos presentados en humanos  (ya que vale recordar que el perro no es el único reservorio del parásito que transmite el mosquito con su picadura, también existen otros mamíferos)
-          estadísticas de cuales son las características geográficas, sociales y sanitarias de los casos humanos reportados, para saber si estas inciden sobre el contagio más que la cercanía de un perro infectado, ya que en muchos artículos se sugería que las condiciones de pobreza o problemas inmunitarios por enfermedades, desnutrición, etc. eran más determinantes en el contagio al humano, no obstante no encontramos nada que avale o descarte esta hipótesis, que es un interrogante no menor, porque quizá la principal medida de control y prevención debería ir también en otro sentido .  Además, complementariamente, una proporción de los casos humanos versus los casos caninos detectados por localidad, que daría una idea de exactamente que peligro potencial estamos hablando.
-          Las expectativas y calidad de vida de un can infectado, claro está que en casos en que órganos internos, como el hígado, estuvieran muy comprometidos, no se requiere mayores datos para hacerse una idea, pero es confuso si puede haber cuadros menos graves, que permitan llevar una vida normal al perro, bajo todas las precauciones que hay que tomar en consideración a la sociedad (aquí la responsabilidad y el compromiso como dueños de un perro es clave, porque los tratamientos tienen que ser de por vida y no pueden utilizarse medicamentos humanos), y si dicho tratamiento reduce las posibilidades de contagiar .
-          El real cuadro de situación de los países o provincias (o sea números reales!!), a partir de los cuales se quieren extrapolar soluciones en la zona, para evaluar si las precondiciones de aquellos son iguales que estas, y por lo tanto sus medidas pueden ser válidas, en el contexto al cual se quieren aplicar (quizá lo sean, pero recordemos que en muchos lugares no se tomaron acciones hasta que la situación fue muy grave, por lo tanto aprovechando su experiencia, quizá sean pertinentes medidas anticipadas menos radicales o a más largo plazo, como podrían ser campañas de tenencia responsable y esterilización)

No deberíamos adoptar una postura necia, ni a favor ni en contra de nuestra tendencia natural a la no-eutanasia, pero para revisar este punto se necesita información confiable para evaluar críticamente la situación, ya que un caso no necesariamente es igual al otro.   Tratamos de acercarles argumentos desde las dos posturas, para abrir el debate y empezar a hacer algo, y decimos “hacer”, porque es claro que por el momento, nuestra mejor opción es PREVENIR, tanto con nuestros perros, como con los de la calle, urge que veamos en que forma cada uno puede aportar lo suyo.

Por otro lado, si dada la presencia del vector en una determinada zona, la única forma de prevenir es evitar su picadura, los perros callejeros están en una situación realmente muy crítica (y así lo demostró la experiencia en otras provincias, incluso algunos dudaban de si solo se habían sacrificado perros enfermos).  Entonces nos preguntamos, hasta cuando piensan postergar nuestras autoridades las campañas de educación y tenencia responsable, fruto de un trabajo interdisciplinario, fundamentales para evitar el abandono? (nosotros como educadores caninos podemos hacer nuestro aporte, desde la disciplina).  Hasta cuando harán oídos sordos a los pedidos de innumerables asociaciones que luchan a destajo por llevar adelante campañas de castración para disminuir la proliferación de perros callejeros, con recursos menos que insuficientes? Sin ir en detrimento de las cuestiones anteriores, en que momento piensan tomar alguna medida que trate de protegerlos, ya sea consiguiéndoles un hogar, proporcionando collares, pipetas o mejorando las instalaciones de los refugios, acordes a las medidas preventivas del caso? (según señalan algunos profesionales, los baños con detalmetrina no están probados para asegurar que no causen más perjuicio del que pretenden prevenir).  Porque la eutanasia canina en pos de la salud pública (aunque discutible, más en este caso) es una cosa, pero la eutanasia como salida a la inacción y desidia, máxime con un riesgo potencial, como el que está declarado, y conocido a través del camino transitado por provincias cercanas, es otra cosa, eso (aun con métodos humanitarios) se llama asesinar.

Más allá de lo anterior, no tenemos certeza de cual es la situación en nuestra provincia, pero quizá eso deba ser objeto de mayor averiguación de parte de todos, prevención es eso, es tomar acciones para evitar o minimizar un riesgo potencial. La idea no es “psicopatearse”, solo que tengamos un ojito sobre el tema de continuo, y con anticipación podamos ir accionando (si todavía existe tal posibilidad), de forma que si llegara a hacerse efectivo tal riesgo, no nos tome por sorpresa (máxime teniendo en cuenta tantas experiencias cercanas)

Por último y muy importante, las medidas de prevención y control enumeradas, resultan paliativas si las mismas se ponen en el macro contexto de ciertas causas del avance de esta enfermedad, causas sobre las que parece haber consenso entre todas las fuentes consultadas:

“Existen diversos factores, que están actualmente en discusión, dependientes tanto del comportamiento humano como de los cambios medioambientales, que pueden incidir en la presencia de casos de las enfermedades parasitarias donde hasta hace poco estaban ausentes. Entre los factores dependientes del comportamiento humano se puede citar la migración, la deforestación, la construcción de carreteras, la existencia de conflictos, los cambios económicos, el desarrollo comercial, la modificación del comportamiento humano, etc. Entre los cambios medioambientales, producidos en ocasiones como consecuencia de la actividad humana, destaca el cambio climático con un incremento de la temperatura.”   (M. Gallego  pág.663)

Mientras no se asuman las reales consecuencias de nuestros actos predatorios  contra la naturaleza, y se corrijan los mismos, enfermedades como esta o peores seguirán a la orden del día, independientemente de cualquier política de prevención o control, por más buena que sea, porque como reza una frase “es imposible hacer siempre las mismas cosas, y esperar resultados distintos”, y si, para hacer frente a estas situaciones, nos vemos en la obligación de seguir depredando otras especies, o cuanto menos disponiendo de sus vidas en favor de las nuestras, sin corregir absolutamente nada en nuestro accionar, quien sabe que otras lecciones más duras nos tenga preparadas la Madre Naturaleza.

Insistimos, no tenemos certeza de cual es la situación a la fecha en la provincia (que por otro lado es un tema nacional, ya que son muchas las provincias afectadas o susceptibles de serlo), ni cual podrá llegar a ser en un futuro, pero en definitiva, si la problemática de la leishmaniasis constituye una amenaza o una oportunidad depende en gran parte de nosotros, informémonos sobre la situación actual! Divulguémosla por todos los medios disponibles! exijamos a las autoridades el cumplimiento de sus tareas de funcionarios públicos que han de velar por el bien común!! Colaboremos con las protectoras de animales, hay muchas formas de ayudarlos!  respetemos  las otras especies y traduzcamos ese respeto a acciones concretas, que pueden ser tan simples como enseñarles a nuestros hijos lo lindo que suena el canto de un pájaro, lo grato de una caricia a un perro, etc.  He ahí nuestra auténtica oportunidad, en el aprendizaje y el cambio de los comportamientos que nos llevaron a situaciones de emergencia, caso contrario, esta, será una amenaza más… y lamentablemente, casi con seguridad,  no será la última

Agradecimientos:
-A Melina Simoncini que aportó tiempo, material y contactos a esta mini-búsqueda
-A la méd. Vet. Gabriela Farias (Veterinaria Los Aromos) que amablemente respondió a algunas de nuestras consultas, al respecto del tema que nos ocupa
-A vos que estás leyendo y llegaste hasta acá, a vos que lo difundís y a vos que nos contás tu experiencia

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