miércoles, 29 de septiembre de 2010

WEBEANDO: Luring... lo tenías???





Esta es una sección que inauguramos en el blog, la idea es que web-eando... les alcancemos algunas notas de interés, no porque necesariamente estemos en un 100% de acuerdo, sino porque como dice el dicho "en la diversidad está el gusto" y podríamos agregar, que también el aprendizaje.  En esta oportunidad algo acerca de "luring", extraído de un artículo de Carlos Alfonso López, director de EDUCAN.  Aunque suene rebuscado, una vez definido, te va a resultar familiar el concepto, tanto, que aunque no seas etólogo, lo vas a poder juzgar desde tu base empírica,  a la vez de enriquecerla.


¿Realmente es el luring tan malo? ¿Cómo hemos llegado a la situación en la que a todos nos sale un reojo ácido al referirnos al luring?  Para responder a esto debemos hacer un pequeño análisis de qué es el luring y qué efectos provoca en el aprendizaje.

El luring o señuelo es la técnica de guiar a un perro a realizar una acción directamente con algún reforzador primario, usualmente comida. Esta presencia del reforzador primario es la que marca la mayoría de las diferencias con otras técnicas, al estar presente el reforzador primario suceden dos cosas muy relevantes:

La atención del perro se concentra en dicho reforzador, pasando a un segundo plano de la atención los demás estímulos presentes.
El perro está sintiéndose reforzado de continuo y no sólo cuando obtiene el refuerzo. 

Esto nos trae una serie de consecuencias para el adiestramiento, consecuencias que no debemos considerar buenas o malas, conociéndolas bien podremos saber cuándo juegan a favor de nuestros objetivos y cuándo van a causarnos problemas o retrasos (si el luring te da limones…). 

Al estar la atención del perro muy concentrada en el señuelo recibirá peor otros estímulos del entorno, por lo que puede casi ni oír un click o un comando que estemos usando, lo que retrasa y empeora estas asociaciones ¡pero también nos sirve para que un perro sin experiencia aprenda a concentrarse en el trabajo desconectándose del entorno, lo que es muy aprovechable al iniciar adiestramientos comerciales a domicilio que pueden realizarse en el parque donde el perro sale a jugar!

Es cierto que el timing es peor y que el perro se siente premiado todo el tiempo, pero esto, que nos impide darle todo el valor a la conducta de más calidad, también puede servirnos para establecer una asociación emocional positiva del perro con el trabajo, lo que puede ser más valioso en determinados ejemplares. También puede facilitar el manejo de un perro con el que no tenemos una relación previa, como sucede en adiestramientos comerciales.

Para tener una visión amplia de esto voy a enumerar los principales beneficios y problemas que causa el luring, veréis que según sean el perro, el momento del adiestramiento y el trabajo nos interesará o no utilizar esta estructura de adiestramiento.

Beneficios:
Entrenar concentración positiva en perros que tienen dificultad en mantener su atención en el trabajo de forma continua.
Conseguir concentración en entornos o situaciones difíciles, lo que ya hemos dicho que puede ser de utilidad para trabajar en el parque donde pasea y juega el perro o también cuando hay muchos perros juntos en pista. Hay mucha gente que se ufana de trabajar sin luring, pero luego necesitan estar solos en la pista, sin otros perros y casi en un silencio absoluto para que el perro trabaje ¿no sería mejor y más práctico hacer un par de días de luring para entrenar la concentración y las expectativas en lugar de montar estos “entrenamientos-santuario”?
Apartar al fondo de la atención estímulos que no deseamos que perciba, lo que permite que se superen pequeñas inseguridades, que dejen de concentrarse en agredir a otros perros (o personas)… todo esto consiguiendo un estado emocional positivo y, como todo el rato que el perro sigue la comida está sintiéndose premiado, estamos premiando por no realizar estas conductas. Buen apoyo para iniciar contra-condicionamientos en terapias.
Entrenar patrones motores y no conductas finales. En determinados trabajos deportivos no nos interesa que el perro “haga” algo sino “cómo” lo haga, no me interesa que el pero se tumbe sino que la combinación músculo-esquelética que le lleva a tumbarse sea una concreta (es muy importante saber cuándo estamos entrenando conducta final y cuándo patrones motores para el trabajo deportivo). Para conseguir que el perro realice estos patrones motores desde el principio y se fije una memoria muscular el luring es sencillamente insustituible.
Inducir algunas conductas que sería muy difícil o imposible conseguir de otra manera.
Atenuar indecisiones o inseguridades, un perro puede querer trabajar e ir avanzando, pero si es algo sensible también puede acumular tensión por la inseguridad, el luring ocasional en conductas indecisas genera un plus de consistencia que nos permitirá volver a otras formas de entrenamiento con mayor empuje y un cimiento de trabajo más sólido.

Problemas:
Mala percepción del entorno, incluyendo refuerzos condicionados como el clicker, el comando y ¡su guía! Con lo que será más lento y menos claro el trabajo con respecto a estos parámetros.
Máxima concentración en motores de conducta egoísta, al estar siguiendo el señuelo, el perro no 
percibe que tenga que coordinarse con su guía o atender a sus indicaciones, también el afecto pasa a un 
segundo (o tercer) plano, con lo que la coordinación y la activación de motores sociales es nula.
Mala percepción de señales/estímulos sutiles. El perro tiene la atención tan enfocada en su refuerzo que no notará otras indicaciones que podamos querer introducir para afinar o avanzar el trabajo.
Transición “dura” a otras formas de trabajar la acción. Este es uno de los principales problemas, cuando retiramos el luring para utilizar otras estructuras de enseñanza-aprendizaje muchos perros muestran dificultades severas en la transición, una vez más esto, que generalmente es un problema, puede ser aprovechado a nuestro favor (al hacer un escalón con señuelo contrario ponemos esta dificultad a trabajar para nosotros).
No hay activación de la capacidad de solución de problemas, haciendo que el perro siga el señuelo estamos ante el caso del “la zanahoria delante del burro”, como decían en otro post, por lo que la solución de problemas como motor de aprendizaje es cero.
Ausencia de auto-refuerzo, al estar el perro continuamente reforzado de forma externa y no estar activa la solución de problemas durante el luring no aparece nada de auto-refuerzo en el perro.
Aprendizaje grosero, poco sutil. Al estar tan centrada la atención del perro en el refuerzo y al ser de mala calidad el timing, el perro aprende únicamente las partes más evidentes de la conducta entrenada, sin ser capaz de notar avances pequeños o modificaciones de dicha conducta principal.
Reactividad del perro, falta de proactividad. El perro depende totalmente de nosotros y de estímulos externos para llevar a cabo la conducta.
Merma de autonomía, por lo anterior tendremos un perro que será incapaz de trabajar sin apoyos muy fuertes y no nos ofrecerá conductas por sí mismo.

Una vez más debemos tomar en cuenta cuáles son nuestros objetivos de adiestramiento y nuestras posibilidades de entreno para elegir si el luring nos podrá ayudar o por el contrario se portará como un falso amigo que, tras su apariencia de facilidad, nos dificulte la consecución de resultados. Así podremos usarlo o deshecharlo cuando convenga, y reconocer con la cabeza bien alta “sí, yo también uso luring”.



Lo tenías al luring???... a que sí?!? a que sí !!! ahora ya tenés elementos para manejarlo mejor.


Fuente: http://www.educan.es/blog/2010-03-01/sobre-el-luring/

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